La estación de França blinda su futuro como terminal ferroviaria

· El Ayuntamiento y Adif están de acuerdo en mantener sus usos, como mínimo, a diez años vista

09/05/2021
La estación más majestuosa de Barcelona es, a la vez, la única sobre la que se cierne con cierta recurrencia una nube negra. Son ­dudas infundadas, según el Ayuntamiento de Barcelona y el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif). Ambas administraciones coinciden en afirmar con rotundidad que la estación de França no se toca. Su futuro dicen que está garantizado, como mínimo, a diez años vista.

Su papel como terminal ferroviaria es indiscutible para mantener el servicio de Rodalies y regionales tal y como está montado ahora, pero la entrada en servicio de la Sagrera –en el 2025 como pronto– abre interrogantes. Hay agoreros que llevan años vaticinando el fin de la estación de França, pero aquellos que están al mando de las decisiones lo rechazan por completo. “No es compatible querer más transporte ferroviario y cerrar estaciones; si se quiere trenes en Barcelona, se necesita el espacio donde meterlos”, resume el coordinador del plan de Rodalies, Pere Macías. Con despacho justo en el lateral de esa misma estación, a Macías no le hace falta caer en el sentimentalismo nostálgico que provoca el lugar ni poner en valor la importancia patrimonial del edificio. “Eso es obvio, pero además, es un lugar imprescindible a nivel ferroviario”, insiste. Aún lo será más cuando lleguen los nuevos convoyes que Renfe acaba de encargar a Stadler y Alston, ya que son más largos y requieren mayor espacio de estacionamiento.

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