España y su ancho de vía

Estos días Renfe, el ministerio de Fomento, el ADIF, ingenieros, expertos y consultores están analizando y evaluando qué tiene que hacer España con su ancho de vía. Algún insensato en el ministerio ha cometido el error de confundirme con alguien que sabe de lo que habla en vez de un aficionado, y han tenido la idea de invitarme en uno de los comités externos de este proyecto.

La verdad, estoy aprendiendo mucho —y como en todo en esta vida, tengo muchas opiniones—. Permitidme, pues, que hable un poco de ellas, siempre a sabiendas que esto no son visiones de ingeniero, sino de un observador amateur.

Una estrategia de ancho
El punto de partida de los responsables de este estudio es que quieren elaborar una estrategia de ancho para España, no una estrategia de cambio de ancho. Es decir, los responsables del estudio no ven este proceso como algo que debe generar una respuesta binaria, de cambiar todo o no cambiar nada. Están abiertos a evaluar la situación y decidir que quizás más vale no tocar una traviesa, o que quizás se deben reformar unas líneas, pero no otras.

Esto puede parecer un tanto decepcionante. En algunas ocasiones he repetido por aquí y en otros sitios que una de las prioridades de Fomento debería ser pasar toda la red a ancho estándar o internacional, tan rápido como sea posible, para hacer unificar operaciones en toda la red.

Creo, sin embargo, que esta postura no es del todo correcta, y que es muy probable que estuviera equivocado.

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