Obras en el limbo (Grandes proyectos en entredicho)

Proyectos clave como los túneles de tren de la Diagonal y de Horta y la ampliación del viario de Vallvidrera están en punto muerto

Martes, 4 de septiembre del 2012
Uno de los efectos que tiene hoy, y tendrá mañana, la actual crisis económica es el cambio en la forma de pensar, proyectar y ejecutar las infraestructuras y obras en general. La explicación que sirve para todos los proyectos, tanto los que estaban en marcha, como los que estaban pensados, es que se ha descendido un escalón. Así, por ejemplo, en el caso de Barcelona, aquellos que ya estaban en ejecución, en plenos trabajos, como la línea L-9 del metro, sin duda el más paradigmático, han pasado a ser proyectos planificados. Se finalizará, sin duda, algún día, pero se sabe del cierto que se acabarán. Pero hay otros que apenas eran ideas a desarrollar, o bien con estudios recién iniciados que, como en el juego de la oca, han vuelto a la casilla de salida. Esos proyectos, por decirlo de otra forma, se hallan en el limbo, ese lugar entre la vida y la muerte o, si se quiere otra acepción, ese estado después de la muerte, adonde irían aquellos que, sin haber cometido ningún pecado, arrastran el llamado pecado original. En este caso, el de ser demasiado caros y ser hijos de una época de vacas gordas que se fue para no volver. Dentro de esta amalgama de proyectos muertos antes de nacer cabe distinguir varias categorías. Los hay que, ciertamente, eran un lujo asiático. Quizá innecesario. El paradigma serían los edificios de arquitecto estrella proyectados tarde en Barcelona. Tarde porque de haberse diseñado antes, ya estarían construidos. Como el edificio del Fòrum. El edificio para el campus del Besòs de Zaha Hadid y el de Frank Gehry para la Sagrera, ambos traspasados, serían los máximos exponentes. En cambio, proyectos clave como los túneles de tren de la Diagonal y de Horta y la ampliación del túnel de Vallvidrera están en punto muerto.

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