La Vanguardia.- Barcelona es más que un tranvía

15/04/2018.- Raro es el gobierno o el Parlamento que estos días registra actividad inteligente (por ejemplo, ocuparse de los grandes retos que plantean la robótica, la ingeniería genética, el envejecimiento masivo de la población o la desertización de los centros urbanos por el auge del comercio online). La crisis política catalana y la pésima gestión que se ha hecho de ella no sólo han convertido en un páramo las dependencias de la Generalitat y el Parlament; también una mala digestión del procés ha motivado que se detenga el reloj en la Moncloa y el Congreso, donde preocupan más las deliberaciones de un tribunal alemán que la sostenibilidad del sistema de pensiones (por no hablar de su única solución posible, que es una política generosa de inmigración). El único Parlamento que de verdad está en ascuas y no es por la cuestión catalana es el de la Comunidad de Madrid, empeñado en conseguir que ninguna ciudad de España se libre de dar espectáculo.

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