Compañía del Ferrocarril de Sevilla a Huelva.

Imagen histórica de la estación de Huelva. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril.

Aunque ya en 1859 se planteó la construcción de un ferrocarril que uniera Sevilla con Huelva, no hubo inversores que se interesasen en él hasta 1869 y, es en este momento, que se producen dos solicitudes: una representada por Carlos Lamiable y Watrin con intereses en las Minas de Río Tinto, y la otra por Guillermo Sundheimde con intereses contrapuestos. Ello dio lugar a varios litigios, unos propiciados por los sucesivos gobiernos de la época y otros por la denuncia de las concesiones otorgadas. Todo ello retrasó la construcción de la línea hasta que en 1875 se hace con la concesión definitivamente don Guillermo Sundhein que, inmediatamente, ofrece la línea a M.Z.A., que, aunque ya disponía de dos puertos mediterráneos, pensaba que un puerto del Atlántico como Huelva le podía aportar mayor tráfico del extranjero y actuar como respuesta a la reciente creación de los Ferrocarriles Andaluces por Loring y Gándara.

Poco o nada se sabe del material de esta compañía en el momento de la absorción, si acaso un sucinto informe donde se afirma que existían, sin especificar ni tipo ni fabricante:

  • 24 locomotoras
  • 32 coches
  • 403 vagones.

Las locomotoras fueron abandonadas por su escasa potencia o por su “tipo defectuoso”, no llegando a integrarse nunca en MZA. Suponemos que ocurrió lo mismo con el resto del material.