El Ferrocarril de Barcelona a Granollers.

El 20 de julio de 1850, la sociedad creada por el Sr. Clavé y los hermanos Girona, insignes banqueros e industriales barceloneses, reciben la concesión para construir el ferrocarril de Barcelona a Granollers sin subvención del Estado. Pero el verdadero objetivo de esta sociedad era la de impulsar el ferrocarril de Barcelona a Sant Joan de les Abadesses, adquiriendo la concesión que estaba en manos de la sociedad El Veterano, explotadora del coto minero de la zona de Sant Joan y Ogassa, pero esta operación no se llegó a materializar quedando caducada la concesión.

Antigua estación término de la Compañía del Camino de Hierro del Norte en Barcelona, que explotaba la línea de Barcelona a Granollers.

El 17 de septiembre de 1851, ya con el nombre de “Caminos de Hierro del Norte de Barcelona”, se inician los trabajos para la construcción de la línea, por lo que se cursa un pedido de 33.105 durmientes para el montaje de vía con el sistema Gravens que se caracteriza por que los carriles están asentados en una especie de copas metálicas invertidas unidas mediante unas barras metálicas transversales que permitía el cambio de ancho de una manera rápida. En el momento de establecerse el proyecto de construcción se presentó a las Cortes, presididas por Bravo Murilo, una propuesta en la que los ferrocarriles españoles tuvieran el mismo ancho que el que se estaba adoptando en Europa como internacional, y que aquí en España ya se había usado en el ferrocarril del Langreo. Ante esta situación el ferrocarril de Granollers dejó en suspenso la elección del ancho de la línea, y adoptó el sistema Gravens, hasta que el Gobierno se pronunciase. Pero ante las continuadas dilaciones y la falta de decisión, la empresa finalmente optó por la continuidad del ancho establecido por la Real Orden de 1844. Estas circunstancias retrasaron mucho los trabajos de construcción de la línea y fue motivo de muchas chanzas y chascarrillos. La obra estuvo a cargo del ingeniero de caminos Pere de Andrés y Puigdollers, que confeccionó el proyecto, de Josep Oriol Bernadet, que asumió la dirección de las obras, e Ildefons Cerdà como adjudicatario de la explanación. Finalmente, el ferrocarril a Granollers logró inaugurarse el 23 de julio de 1854, e inmediatamente solicitó su prolongación hasta Girona.

Sistema de montaje de vías tipo Gravens montado en la vía más próxima al mar en la estación de El Bogatell de Barcelona (foto FFE).

El ferrocarril de Barcelona a Granollers adquirió los coches con los que inauguraría el servicio a la firma parisina Deletrez Pére en 1853 que constaba de los siguientes:

  • Un coche Salón SA-1
  • Cuatro coches de primera clase A-1 a 4
  • Cuatro coches mixtos de primera y segunda clase AB-1 a 4
  • Dieciocho coches de segunda clase B-1 a 18
  • Ocho coches mixtos de segunda y tercera clase BC-1 a 8
  • Treinta y nueve coches de tercera clase C-1 a 39
  • Cuatro furgones de Jefe de Tren y Equipajes F-1 a 4

En 1859, la compañía recibió autorización de importar ejes, ruedas y muelles para coches y vagones que fueron montados en los talleres de la Herrería de Nuestra Señora del Remedio, propiedad de los hermanos Girona, concesionarios de la línea. Dicha empresa, después fue Herrería Barcelonesa, que junto las Herrería del Clot y Herrería de Sants formaron Forjas Can Girona que, más tarde, se convirtió en MACOSA. Desconocemos el número de coches que se construyeron en los citados talleres.

Con la experiencia adquirida tanto en la construcción de la línea férrea, como en la construcción de material ferroviario, y una vez entrado en servicio el ferrocarril, la casa Girona Hermanos, Clavé y Cía. abandonan esta compañía para concentrar todos los esfuerzos en la construcción del ferrocarril de Barcelona a Zaragoza al que aportaron la concesión del ferrocarril de Montcada a Sabadell que habían obtenido el 28 de septiembre de 1852.